jueves, 1 de octubre de 2020

Clímax Atlante

 

Cierre los ojos y comience la reconexión: Fricción en la garganta y conciencia de la vibración en el ojo.

Entonces permanezca consciente del espacio oscuro o púrpura durante unos dos minutos.

Abra los ojos e implemente el doble proceso de visión descrito en la sección 5.4:

1) Hágase consciente en el entrecejo, con inmovilidad total.

2) Simultáneamente, en lugar de mirar hacia ninguno de los detalles de la imagen de enfrente, hágase consciente del hecho de ver, o estado de visión (o, más sencillamente, sienta la imagen en vez de mirarla).

Para esta práctica en concreto es fundamental que se parpadee lo mínimo posible, y preferiblemente nada en absoluto. Hay que construir una fuerte presión en el entrecejo, y alcanzar un clímax de quietud. Ambos se llevan bien: cuanto más enfocado se esté en el ojo, más inmóvil se permanecerá. Y cuanto más se permita que la energía se densifique (o "cristalice") mediante la inmovilidad, más se podrá fortalecer la vibración en el ojo.

Hágase cada vez más inmóvil. Fortalezca la presión en el entrecejo hasta que el cuerpo se sienta tan sólido como una estatua - una estatua de vibración - Lentamente, el estado se convierte en una inmovilidad conectada que da la sensación de una gran acumulación de poder, como si el ojo estuviera recibiendo la fuerza de una columna de energía que descendiera directamente sobre el mismo. Cuanto más pueda cesarse el movimiento de cada simple célula del cuerpo, más podrá el ojo recibir la fuerza, y más densa e intensa se hará la vibración.

Continúe fortaleciendo la vibración durante unos cuantos minutos. Explore el clímax, el máximo poder que pueda recibirse en el ojo mediante la quietud absoluta. Deje que el poder brille por todo el cuerpo.

Entonces cierre los ojos. Frótese las manos. Coloque las palmas de las manos sobre los ojos cerrados

Conciencia del estado de visión


Generalmente, cuando se dirige la atención a un objeto (ente) con los ojos abiertos, se mira la imagen y sus diferentes partes. Y entonces los diferentes elementos son procesados por la mente consciente (Sujeto cultural). Algunas técnicas que apuntan al desarrollo de la acuidad mental, incluso fomentan el entrenamiento para absorber el máximo de detalles de una imagen. Por ejemplo, se muestra un dibujo de varios objetos y se asigna un tiempo limitado de unos cuantos segundos para examinarlo. Entonces, se supone que hay que listar tantos objetos como la mente pudo retener conscientemente. Todo ello está relacionado con lo que podría llamarse el "modo mental de visión", o visión desde la conciencia mental ordinaria. Como se vio anteriormente, este plano es precisamente la parte de uno mismo que está ciega a los mundos espirituales. Para ser capaz de ver auras y seres espirituales, es preciso desconectar este modo mental de visión. 

Hay un secreto para conseguirlo: en vez de mirar cualquiera de los detalles de la imagen, hay que hacerse consciente del hecho de ver. Se hará que decaiga el interés en cualquiera de los componentes de la imagen, mientras que por otra parte nos haremos conscientes del hecho de ver.